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Los 100 días de Pullaro: control político ante el ataque narco y tensión con Milei

En su primer tramo de gestión, el gobernador de Santa Fe retiene el comando pleno de la coalición oficialista y logra apoyos transversales. Los atentados criminales en Rosario, el máximo desafío. La compleja convivencia con el presidente, atravesada por una base electoral en común.

Los 100 primeros días del gobierno provincial de Maximiliano Pullaro en Santa Fe ofrecen un puñado de ejes troncales que dibujan los contornos de su gestión, al menos en este tramo inicial.

Como se sabe, el devenir político e institucional es muy dinámico en general, ni que hablar en Argentina, muchísimo más en medio de una inédita experiencia a nivel nacional (pretendidamente) anarcocapitalista, con lo cual es razonable hacer balances cortos, pero a la vez evitar pronósticos largos. 

El método de confección de la plantilla gubernamental, desde ministros a asesores, da cuenta de un intento por contener plenamente la amplísima heterogeneidad del frente Unidos, que fue justamente una de las claves de la victoria arrasadora de Pullaro en las elecciones 2023. Todas las fuerzas de la coalición, con sus múltiples líneas internas, encontraron su lugar en el gobierno. 

Esa línea de acción le permitió a Pullaro mostrar apertura política y capacidad de articulación, decisiva además para la operatoria en las cámaras legislativas, fundamentalmente en Diputados, en donde se expresa plenamente el espectro variopinto del oficialismo.

Pero eso no implicó que el gobernador pierda en modo alguno el ejercicio pleno de su liderazgo personal, como lo reveló el acuerdo para que Felipe Michlig continúe en el Senado y no ocupe el Ministerio de Gobierno, que era su destino cantado.

Es que el caudillo sancristobalense, arquitecto decisivo del triunfo de Unidos, tiene una ancha espalda propia y no se cuadra fácilmente a jefaturas ajenas, todo lo cual abría un potencial conflicto en el horizonte con el propio mandatario. El perfil de Fabián Bastía es, en ese aspecto, sintomático.

En la Legislatura de Santa Fe, manda Pullaro

Con este diseño, el nuevo gobierno de Santa Fe logró transformarse en una aplanadora legislativa durante sus primeros 100 días. Cada proyecto que envió el Ejecutivo tuvo un tratamiento veloz, sino exprés.

El senador Felipe Michlig es una de las principales espadas legislativas de Maximiliano Pullaro.

El senador Felipe Michlig es una de las principales espadas legislativas de Maximiliano Pullaro.

Las iniciativas no sólo recolectaron las adhesiones globales de las nutridas escuadras oficialistas, también obtuvieron en varios casos el aval del propio peronismo. Está claro que en el PJ consideran que todavía no es momento de confrontar con Pullaro, más allá de episodios puntuales. Tal vez, la apertura de sesiones ordinarias del próximo 1° de mayo sea un hito en ese sentido.

Apoyo transversal a Pullaro ante el avance narco

Esta mirada colaborativa del justicialismo se profundiza ante el desafío narco en Rosario, que escaló en las últimas semanas con ejecuciones a sangre fría de trabajadores inocentes.

La totalidad de los gobernadores argentinos no dudaron en calificar a esos hechos de terrorismo y se solidarizaron con su par santafesino. En algunos casos, ese respaldo incluyó aportes concretos, como los centenares de móviles y efectivos bonaerenses ofrecidos por el bonaerense Axel Kicillof.

No son ninguna novedad, a esta altura, los fluidos vasos comunicantes entre Pullaro, el mandatario de la provincia de Buenos Aires y su par cordobés, Martín Llaryora. Tampoco es casualidad: son las tres provincias más grandes y se necesitan. Al menos en la actual coyuntura.

El gobierno de Santa Fe ante la gestión de Milei

Esa suerte de unidad en la acción también sirvió como advertencia para el propio presidente Javier Milei, que en una intervención periodística intentó desligarse del problema.

No es el caso de su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien se muestra proactiva en la problemática, lo cual no impide que afloren tensiones, como quedó claro en la filtración a los medios de una llamada de su par salvadoreño con reproches por la difusión de fotos “a lo Bukele” por parte del gobierno provincial.

La espectacularización de los controles carcelarios, uno de los aspectos más criticas en el inicio de la gestión de Pullaro.

La espectacularización de los controles carcelarios, uno de los aspectos más criticas en el inicio de la gestión de Pullaro.

Violencia narco en Rosario, el desafío de Pullaro

Quizás en ese ítem, la política de seguridad de Pullaro haya encontrado su primer límite. La espectacularización de acciones policiales y penitenciarias, incluidos videos de operativos y requisas musicalizados con heavy metal, resultó inconveniente al objetivo de fondo. Así lo demuestra la desaparición de piezas de este estilo de la comunicación oficial, tras los horrendos asesinatos ocurridos en Rosario.

Se flexibilizó la forma, pero no el fondo. El gobernador Pullaro entiende que no puede ceder un centímetro en su línea de rigor en las cárceles porque una muestra de debilidad resultaría fatal. Por ahora, cuenta con amplio consenso social y político para mantenerse inconmovible. Pero eso no es para siempre, más bien es lábil. En este aspecto se juega buena parte del éxito de su gestión.

Paritarias 2024: no hay plata

En paralelo, se multiplica la conflictividad con el personal estatal y sus organizaciones sindicales. A los cientos de desvinculaciones por presuntas irregularidades en los pases a planta de 2023, se le añaden ofertas salariales que, momentáneamente, están lejos de las pretensiones gremiales.

Las estrecheces presupuestarias hacen lo suyo (si bien discutidas por el PJ), pero también hay una decisión política de no aflojar a la presión. Ahora es el momento de dar malas noticias, las buenas ya van a venir, se cantaría en la tribuna

Sobre todo, teniendo ya la certeza de que, por fuera de la coparticipación, no habrá recursos del Estado nacional. Salvo eventualmente fondos del Plan 25, en el gobierno provincial estiman caídas las transferencias no automáticas. El Fondo Nacional de Incentivo Docente, por ejemplo, que si bien no resolvía las paritarias locales, sí servía para arrimar posiciones.

Aquí asoma otro de los grandes desafíos para la gestión política e institucional de Pullaro: cómo hacer para mantener autonomía y eventualmente marcar diferencias con un gobierno nacional que ya demostró voluntad y capacidad de daño, cuyo presidente además comparte electorado con el oficialismo provincial. Un dilema de muy difícil solución, que excede largamente los primeros 100 días de Pullaro en la Casa Gris.

Aire de Santa Fe

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