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Francisco valoró al «amado Benedicto XVI» y el Vaticano prepara el funeral

El Pontífice calificó como una «persona tan noble, tan amable» al papa emérito fallecido este sábado. Jorge Bergoglio lo recordó durante la última celebración del año en la Basílica de San Pedro. 

El papa Francisco recordó este domingo al «amado papa emérito Benedicto XVI», que falleció este sábado a los 95 años, mientras el Vaticano prepara el funeral que el Pontífice encabezará este jueves luego de que el cuerpo de Joseph Ratzinger sea expuesto desde mañana durante tres días para el último saludo de los fieles.

«Hoy encomendamos a la Santísima Madre al amado Papa Emérito Benedicto XVI para que lo acompañe en su paso de este mundo a Dios», planteó este domingo Francisco al celebrar su primera misa del año en la Basílica de San Pedro.

Benedicto XVI, el alemán Joseph Ratzinger, murió este sábado en el monasterio del Vaticano en el que vivía desde su renuncia como Papa de febrero de 2013, con la que había puesto fin a un breve pontificado iniciado en abril de 2005 y marcado por crisis internas derivadas del robo de documentos por parte de sus mayordomos.

El cuerpo de Ratzinger será expuesto desde este lunes en la Basílica de San Pedro para un último saludo de los fieles de todo el mundo. Según informó el Vaticano, la Basílica estará abierta el lunes de 9 a 19 y martes y miércoles de 7 a 19.

El jueves, a las 9.30 locales (5.30 de la Argentina), Francisco encabezará el funeral de Benedicto XVI, para el que solo estarán presentes delegaciones de su Alemania natal y de Italia, siguiendo un pedido del Pontífice emérito para que las exequias se hagan «con el gesto de la simplicidad».

El Vaticano divulgó este domingo las primeras imágenes del cuerpo de Benedicto XVI en la capilla del Matter Eclesia, ya preparado para ser exhibido a los fieles. Además, según planteó a Télam el director de la oficina de Prensa de la Santa Sede Matteo Bruni, hubo durante todo el día algunas «visitas privadas» de personas cercanas a Ratzinger que le dieron el ultimo saludo de forma reservada.

Tras la muerte de Ratzinger, fue Francisco el primero en acercarse al monasterio para despedirlo, resaltaron fuentes vaticanas consultadas por Télam.

En tanto, el Pontífice agradeció este sábado al papa emérito Benedicto XVI «por todo el bien que ha hecho», al tiempo que lo calificó como una «persona tan noble, tan amable» al recordarlo durante la última celebración del año en la Basílica de San Pedro.

«Hablando de bondad, en este momento, el pensamiento va espontáneamente al queridísimo papa emérito Benedicto XVI, que nos ha dejado esta mañana», dijo el Pontífice durante la homilía que pronunció durante la celebración de las Primeras Vísperas y Te Deum de acción de gracias.

«Con emoción recordamos su persona tan noble, tan amable. Y sentimos tanta gratitud en el corazón: gratitud a Dios por haberlo dado a la Iglesia y al mundo; gratitud hacia él, por todo el bien que ha hecho, y sobre todo por su testimonio de fe y oración, especialmente en estos últimos años de su vida retirada», agregó Francisco, elegido el 13 de marzo de 2013 en el cónclave convocado tras la dimisión de Ratzinger.

«Solo Dios conoce el valor y la fuerza de su intercesión, de sus sacrificios ofrecidos por el bien de la Iglesia», agregó este sábado el Papa.

Bergoglio y su antecesor estuvieron estrechamente unidos durante los casi diez años en los que Ratzinger vivió dentro del Vaticano como emérito con Francisco como Papa.

En la misa de este sábado, el Papa aprovechó además para denunciar que «los daños del individualismo consumista están ahí para que todos los vean».

«Y cuanto más daño grave es que los demás, las personas que nos rodean, sean percibidas como obstáculos para la nuestra tranquilidad, a nuestra conveniencia», argumentó luego el Papa, quien lamentó además que «la sociedad individualista y consumista tiende a ser agresiva, porque los otros son competidores con los que competir».

En ese marco, Francisco sostuvo que «la bondad es un antídoto contra ciertas patologías de nuestras sociedades: contra la crueldad, que lamentablemente puede insinuarse como veneno en el corazón y envenenar las relaciones; contra la ansiedad y el frenesí distraído que nos hace concentrarnos en nosotros mismos y aislarnos de los demás».