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Caña con ruda: la receta de Celina, una jubilada emprendedora que todos los años recibe cientos de pedidos

Celina Ruiz es jubilada y desde hace nueve años recibe cientos de pedidos para fabricar caña con ruda. «Empecé a fabricarla porque me pidieron», asegura la mujer que para este 1° de agosto embotelló 385 petacas.

Celina Ruiz está jubilada y es una emprendedora muy dinámica que vive en Arroyo Leyes. Hace 15 años, y luego de dedicar 30 de su vida a la enfermería, decidió poner manos a la obra y comenzó a fabricar productos artesanales. Entre los artículos que elabora se destaca la caña con ruda, la tradicional bebida que se toma todos los 1° de agosto bajo la premisa de espantar lo malo y atraer lo bueno.

La cadena de venta empezó entre los amigos a los que Celina sedujo ofreciéndoles escabeches, quesos y pastas, entre otros productos. Integra la Cámara de Mujeres Empresarias y Emprendedoras Santafesinas (Camees) y vive junto a su marido en Arroyo Leyes, desde donde salen todos sus productos. “La gente ya me conoce, busca mis productos”, asegura. Al ingresar al comedor de su casa, a modo de centro de mesa, se pueden observar seis botellas de diferentes tamaños, todas con caña con ruda.

Este año Celina elaboró 145 litros de caña de con ruda y embotelló 385 petacas.

Este año Celina elaboró 145 litros de caña de con ruda y embotelló 385 petacas. Maiquel Torcatt / Aire Digital

La primera vez que le tocó fabricar caña con ruda, Celina asegura que tuvo miedo y por eso encargó solo doce botellas pequeñas. “No sabía cómo iban a salir”, recuerda. Al año siguiente se animó a más y adquirió cinco cajas de botellas. Año a año la demanda fue aumentando. “Cuando más vendí fue en el año 2021, en la pandemia. Todos se querían limpiar, por las dudas”, relata y asegura que en esa ocasión vendió 540 botellas.

Desde comienzos de julio, Celina dedicó la mayor parte de su jornada a elaborar caña con ruda, las botellas fueron repartidas entre los comerciantes de la ruta 1 y también las adquirieron las personas que se acercaron a las ferias en las que la productora participa. “En realidad yo no hacía caña con ruda. Empecé porque me pidieron”, asegura la mujer que antes de elaborar el producto para la venta, lo hacía exclusivamente para su consumo personal y compartir con los amigos. Desde esa fecha hasta la actualidad pasaron nueve años y miles de pedidos de petacas de diferentes tamaños.

La emprendedora asegura que la gente ya está acostumbrada a este tipo de fiestas y las espera. «La creencia se retomó con la pandemia. Esto es milenario, yo me acuerdo que mis abuelos eran de Cayastacito y de chiquita me hacían tomar de a sorbitos», relató.

Las anécdotas no faltan y Celina relata que en 2021 un hombre se llevó un botellón de caña con ruda que no había alcanzado a filtrar. “Me pidió la botella grande porque eran muchas personas”, agrega. Para este 2023 fabricó 145 litros de la bebida y envasó un total de 385 petacas. A pesar de que empezó a tomar pedidos temprano, hubo clientes que quedaron fuera de la lista.

La receta secreta de la caña con ruda de Celina

La receta que Celina utiliza es la que le enseñó su abuelo, para la cual el tiempo es fundamental. La elaboración de la caña con ruda empieza una vez que finaliza Semana Santa, ya que la bebida tiene que macerar para conseguir un sabor fuerte. Las botellas se entierran bajo tierra a lo largo de nueve lunas, los pozos que se observan en el patio de la casa de la productora son testimonio de la continuidad de la tradicional receta.

Celina recomendó preparar la bebida con tiempo, ya que de esa manera la ruda fermenta y su sabor es más fuerte. “Yo preparo la caña tradicional, no le agrego nada. Tampoco compro otra caña porque hay otras veces que ponen una caña dulce o amarga, pero de diferente sabor”, explica.

Hace 15 años que Celina se dedica a elaborar productos artesanales que ofrece en las ferias a las que asiste todos los fines de semana.

Hace 15 años que Celina se dedica a elaborar productos artesanales que ofrece en las ferias a las que asiste todos los fines de semana. Maiquel Torcatt / Aire Digital

Una vez que pasó el tiempo, las botellas son desenterradas para ser embotelladas en petacas y ofrecidas al público. «Las pongo en petacas y coloco otras hojitas porque la bebida queda muy blanca con la maceración», explica la productora sobre el color que adquieren las ramitas de ruda que introduce.

En caso de que la persona haya comprado una petaca y no la haya consumido, se recomienda hacerlo antes del 1° de agosto, ya sea de manera compartido o no. Una de las leyendas que Celina siempre cuenta es que hay que tirar lo que sobra o consumirla antes del año. “Se puede tirar en una planta, para devolverle a la Pachamama (la madre tierra) algo de lo que uno tiene”, explicó.

Aire de Santa Fe

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